jueves, 13 de mayo de 2010

DESARROLLOS TECNOLOGICOS EN LA EDAD MEDIA "LA INVENCIÓN DE LA IMPRENTA"


A finales de la Edad Media, la ciencia en Europa no sólo había alcanzado el nivel de la antigüedad, sino que lo había sobrepasado. Los hombres de esta época se interesaban por una tecnología práctica, no teórica. Buscaban formas distintas de hacer las cosas para facilitar la vida y desarrollar los negocios. Se interesaban por el mundo natural e intentaban entenderlo porque tenían cada vez más tiempo libre para dedicarse a su observación. Razón por la cual durante este periodo histórico se produjeron grandes descubrimientos científicos y avances tecnológicos, uno de ellos es la invención de la imprenta, la cual provoco una revolución social que no se ha detenido todavía.

El invento de la imprenta se atribuyó al alemán Juan Gutenberg, quien fue el primer impresor, al menos el primer conocido, esto no quiere decir que en años anteriores se hubiera llevado a cabo experimentos en este campo; en efecto todo parece indicar que asi fue y probablemente, Gutenberg supo aprovechar estas experiencias en las que tambien participo activamente. Según la historia los chinos habían desarrollado tanto el papel como la imprenta antes del siglo II d.C., pero esas innovaciones no alcanzaron demasiada expansión en el mundo occidental; en el siglo XIV, artesanos desconocidos, con el fin de fabricar naipes, tuvieron la idea de tallar las imágenes que debían reproducir, en unas tablas untadas con tinta espesa que se aplicaban luego sobre papel liviano; los hombres del Extremo Oriente ya conocían este sistema y lo revelaron a los europeos; en Corea se encontraron libros impresos con caracteres móviles, que se remontan al año 1330. Pero es hasta mucho más tarde alrededor del año 1440 cuando Gutenberg solucionó el problema del moldeo de tipos móviles.

Gutenberg fue el primero que empleó letras grabadas aisladas y las ensambló según las palabras a componer. En 1455, Gutenberg imprimió su primer libro, la Biblia de las 42 líneas, en dos tomos de doble folio, de 324 y 319 páginas respectivamente, con espacios en blanco para después pintar a mano las letras capitulares, las alegorías y viñetas que ilustrarían coloridamente cada una de las páginas de la Biblia. Empleó 300 caracteres diferentes que le permitieron conseguir una elegancia gráfica prodigiosa; la Biblia de Gutenberg no fue simplemente el primer libro impreso, sino que, además, fue el más perfecto. Su imagen no difiere en absoluto de un manuscrito. El mimo, el detalle y el cuidado con que fue hecho, sólo su inventor pudo habérselo otorgado; aún hoy en día no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron los procedimientos de Gutenberg, pero es evidente que su técnica era muy buena, pues durante largos años el arte de imprimir no sufrió ninguna modificación, sus líneas eran perfectamente derechas, y lo notable es que él mismo ejecutaba las matrices para los caracteres y los cajetines para los plomos. Pocos años después, Gutenberg imprimió hojas por ambas caras y calendarios. Además, junto a su amigo Fust editaron algunos libritos y bulas de indulgencia.

Es importante resaltar que un invento como el de la imprenta apareció en esta época y no en otra anterior no se debió en absoluto a una casualidad, sino a una serie de circunstancias que favorecieron e hicieron posible su descubrimiento. Estas circunstancias fueron: Aumento de la demanda del libro gracias a una mayor alfabetización de la población, al papel de las universidades y centros de estudios, a las inquietudes religiosas de la época y a la curiosidad e interés por la investigación del hombre renacentista. Incremento del poder adquisitivo de los europeos, que se beneficiaban de las nuevas rutas comerciales abiertas y en plena expansión. La imprenta también se beneficiaría de las rutas comerciales europeas para su difusión por todo el continente. Al igual que la aparición de la industria del papel, que comienza a vencer al pergamino desde 1350, el pergamino era muy grueso para poder ser utilizado con facilidad por las prensas y no era lo suficientemente plano para que la impresión se hiciera bien. Por otra parte, al multiplicarse vertiginosamente el número de libros se habría llegado en poco tiempo a la extinción de las especies que abastecían el mercado de pergaminos. Y lo que se considera como de mayor relevancia como lo es el cambio en la mentalidad del hombre, en el concepto de ciencia, que se hace más amplio y experimental y en los métodos de trabajo que ahora permiten el ensayo y la experimentación en busca de nuevas metas.

La primeros libros impresos contaban con unas características especificas; tal es el caso de que los primeros libros impresos trataron de parecerse todo lo posible a los manuscritos, ya que esta era la forma de libro a que el hombre del siglo XV estaba acostumbrado; se impone la letra romana, de la mano de los humanistas italianos, más legible y fácil de entender. Poco a poco se van abandonando las abreviaturas; la lengua mayoritariamente utilizada es el latín (45%), seguida del italiano, alemán, francés, inglés y español; los temas son religiosos en el 45% de los casos, le siguen los temas de literatura (30%), clásica, medieval y contemporánea y el resto se reparte entre diversas materias. Esto condujo a que A final de siglo XVI se había impreso unos 10.000 títulos, lo cual indica la velocidad con que la imprenta se extendió por Europa.

Lo que origino a su vez que En la difusión de la imprenta se aliaron dos factores ajenos por completo a ella: las guerras civiles en Alemania y el auge experimentado por las rutas comerciales europeas, verdaderos caminos de intercambio de bienes materiales y culturales. En 1460 estallan las revueltas civiles en Maguncia. El arzobispo es depuesto por el Papa por desobediencia y es enviado Adolfo de Nassau a tomar la ciudad. La mayoría de los impresores se ven obligados a huir y los talleres se disuelven. Los primeros tipógrafos se instalan en otras ciudades alemanas (Colonia, Spira, etc). Otros, por el contrario, viajan al extranjero, sobre todo siguiendo la ruta transalpina que los lleva a Francia y a la próspera Italia. En Francia la imprenta se inició tarde y comenzó en París y Lyon, donde inmediatamente encontró una excelente acogida: a finales de siglo había en esta última ciudad 160 talleres tipográficos. En Inglaterra fue aún más tardío: entró en 1477 de la mano de Caxton, mercader en textiles, quien instaló el primer taller en Westminster.

Poco a poco la imprenta se fue instalando en todos los rincones de Europa, aunque su expansión fue irregular: el último país al que llegó fue Grecia, donde lo hizo hace poco menos de un siglo, debido a la dominación turca, cuyo idioma no comenzó a escribirse en caracteres latinos hasta la revolución de Kemal Ataturk. Al resto del mundo la imprenta llegó de manos de los colonizadores europeos y los países árabes fueron lentos en adoptarla debido a las dificultades que presentaba su alfabeto para ser reproducido tipográficamente. En estos países se prefirió utilizar la xilografía o incluso la litografía a la imprenta hasta épocas muy tardías.

Así inició la más grande repercusión de la imprenta en la cultura de la humanidad. La palabra escrita ahora podía llegar a cualquier rincón, la gente podía tener acceso a más libros y comenzar a preocuparse por enseñar a leer a sus hijos. Las ideas cruzaban las fronteras y el arte de la tipografía fue el medio de difundirlas. Pocos inventos han tenido la influencia en el ser humano como la creación de la imprenta, ese antiguo arte que, si va unido a una obra en labor del tipógrafo y a la obra escrita de un buen autor, proporciona una obra de arte completa, lista para conmover en belleza literaria y estética tipográfica al lector, el fin primero y último de la imprenta.

Artículo Públicado por: Guzmán Miguel
Referencias Electronicas: http://www.edadantigua.com/edadmedia/edadmedia.htm
Referencias BiBLIOGRAFICAS: "El Otoño de la Edad Media", Autor, Huizinga Johan.

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